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sábado, 24 de noviembre de 2012

Arroz con leche y calabaza



Si no me fallan las cuentas, llevamos dos semanas inmersos en niebla. Unos días está tan baja que no se ve la torre de televisión, como si la hubieran borrado del mapa. Otros días, como hoy, está más alta y llueve. En cualquier caso, es el peor momento -climatológicamente hablando- de esta ciudad. Los árboles ya sin hojas, y todo tan oscuro, frío, gris, húmedo. Berlin November Blues, como lo ha bautizado uno de mis amigos. Y qué se puede hacer para combatir este estado de ánimo... Un postre tradicional, con un toque diferente, dulce y naranja. Sin historias, sólo preparar, compartir, disfrutar.

Saludos desde la niebla.





Ingredientes (para 6 raciones):
  • 200 g de calabaza, cortada en trocitos pequeñitos
  • 1/2 cucharada de mantequilla
  • 100 g de arroz redondo (Milchreis)
  • 500 g de leche
  • 200 g de azúcar
  • cardamomo, canela, vainilla (un poco de cada, al gusto)

Preparación:
  1. Poner en un cazo a fuego lento la mantequilla. Cuando esté derretida añadir la calabaza, remover y dejar a fuego medio hasta que a calabaza se ponga tierna.
  2. Sacar la calabaza al vaso de la batidora, añadir un poco de la leche y titurar todo bien.
  3. Volver a poner la calabaza en el cazo, añadir el resto de la leche, el azúcar, las especias y el arroz. Remover y cocer a fuego lento hasta que el arroz haya absorbido todo el líquido (el mío ha tardado una hora y media). Remover de vez en cuando para evitar que el arroz se pegue al fondo del cazo.
  4. Servir en vasitos de cristal y dejar enfriar.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Pollo con ciruelas


A mi familia la echo de menos siempre. Pero hay algunos días, como hoy, en que se me hace más duro que de costumbre no poder coger el coche o el tren y presentarme para preparar la comida con mi madre. Porque sin duda ésa es nuestra zona común: la cocina. Tenemos un pequeño ritual: Primero planificamos qué vamos a preparar, a veces el día anterior, pero a menudo durante el desayuno. Luego vamos a la compra, normalmente a varias tiendas diferentes, porque en este súper la pescadería es muy buena, pero la carne es mejor en otro, y las verduras se compran en la frutería de la esquina. Después, en casa, guardamos la compra, sacamos un vasito de vino sherry del barril, cortamos una tapita de queso, y nos ponemos a cocinar, repartiéndonos los platos pero pisándonos también, y hablando de mil y una cosas a la vez.

Nunca he cocinado pollo con ciruelas con mi madre. En parte porque es un plato persa, que no suele ser lo habitual en nuestra cocina, en parte porque la receta la encontré por casualidad estando ya en Berlín.

Había leído sobre el pollo con ciruelas en la novela gráfica de Marjane Satrapi:

Pollo con ciruelas. Marjane Satrapi, Public Square Books (2006)

Desde entonces, aun sin haberlo probado nunca, tengo asociado este plato con una atmósfera de calma melancolía, de introspección, de rememoración. Y cuando encontré la versión de Joumana Accad, aunque no es exactamente la misma que en el cómic (ésta lleva naranja en vez de tomate) descubrí que realmente es una receta que se adapta perfectamente a ese estado de ánimo: es sencilla, pero requiere mucho tiempo (entre dos y tres horas en total).

Me he metido en la cocina a preparar este pollo con ciruelas, a modo de terapia, despacito, y sin vaso de sherry, pero pensando mucho en mi madre.



Ingredientes (para 6 raciones):

  • En torno a 2 kg de pollo. Hoy he usado cuartos traseros, pero otras veces uso pechuga.
  • 1 cebolla grande (en torno a unos 200 g)
  • 500 g de zanahorias
  • 32 ciruelas pasas
  • El zumo de 2 naranjas (un vaso)
  • 4 cucharadas de azúcar moreno o miel
  • 1 cucharadita de azafrán en hebras
  • 2 vasos y medio de agua, o de caldo de pollo o de verduras
  • aceite 
  • harina (para celíacos, usar harina fina de maíz)
  • sal y pimienta


Preparación:
  1. Quitar la piel y la grasa del pollo. Separar los muslos de los contramuslos. Enjuagar los trozos bajo el grifo, limpiándolos bien, y retirar el exceso de agua con papel de cocina.
  2. Salpimentar el pollo y pasarlo por harina.
  3. En una sartén, calentar un poquito de aceite y dorar en ella el pollo a fuego medio. Sacar la carne y pasarla a una olla.
  4. Poner medio vaso de agua en la sartén, todavía caliente, y raspar con la espátula los restos de harina que hayan quedado de freír el pollo. Poner ese agua en la olla con la carne.
  5. Volver a poner un poco de aceite en la sartén, y sofreír en ella la cebolla, a fuego lento, para que se ponga transparente pero no se dore.
  6. Añadir a la sartén las zanahorias, cortadas en rodajas finitas, y el azúcar moreno. Remover con la espátula y poner a fuego medio, para que la zanahoria se ablande un poco y se caramelice un poco (unos 15 minutos en total). Retirar la sartén del fuego y poner las verduras en la olla con la carne.
  7. Machacar un poco el azafrán y ponerlo en un cuenco pequeño con un par de cucharadas de agua caliente. Remover y dejarlo unos minutos.
  8. Añadir el agua o el caldo a la olla con el pollo. Poner también el azafrán. Cocer a fuego medio-lento durante unos 20 minutos.
  9. Añadir el zumo de naranja y las ciruelas. Remover y volver a cocer durante al menos media hora, siempre a fuego lento.

Este plato está más rico al día siguiente de prepararlo, y se sirve acompañado de arroz al estilo persa.

(Las fotos son horrorosas, lo sé, pero me van ustedes a perdonar porque está muy oscuro en Berlín y yo soy sólo una pobre estudiante de MBA que no tiene medios ni tiempo para hacer una foto mejor en estas circunstancias. Moito obrigado.)